Siempre hay un roto

Una de los tantos defectos que (sin exito) intento corregir desde que tengo uso de razon es el de pensar demasiado. O sea, eso que pasa cuando de tanto que pensas dejas de actuar. Lo hable con mi familia, con mis amigos, con algun que otro novio, con mi psicologo. Y las conclusiones siempre fueron más o menos parecidas: que tengo que pensar menos, descontracturarme más, dejar fluír las cosas. Pero me cuesta horrores. Y por eso siempre me crei conflictuadita, vueltera, ineficiente, complicada.

Siempre, hasta que llego mi primer dia como rotante de clinica medica. Ahi los pacientes suelen tener 4 o 5 cosas ademas del motivo de internacion, se agarran los bichos más inimaginables, reaccionan de la peor manera posible a todo, cambian sus ionogramas catastróficamente en el lapso de minutos, se complejizan más y más. Y ahi, mientras vos tenes nada mas que una persona que se muere y tu estetoscopio, no queda otra que pensar. Pensar pensar pensar. De hecho, se usa bastante juntarse 4 o 5 médicos en la cabecera del enfermo y hacen como una competencia de a ver quien piensa más. Es maravilloso.

Asi que guarda con los defectos. O guárdenlos. Nunca se sabe cuándo puedan llegar a necesitarse.