Descubrí que en épocas de estudio insano y violento como las que estoy padeciendo, nada en el mundo me relaja más que mirar canales de cocina.
Yo me hago problema porque no me acuerdo dosis e interacciones de antibióticos, valores serológicos de micosis endémicas y patrones radiográficos de osteomielitis, pero de golpe aparece una mogólica riéndose como hiena decorando tortas ó un señor con los ojos pintados diciendo cosas "no martirizar las claras" ó "escuchar cantar a la manteca" y entonces está todo más que bien.